Tratamiento del Cáncer de Cabeza y Cuello

EN CASO DE OPERACIÓN ¿QUÉ SECUELAS PUEDEN QUEDAR?
¿QUÉ ES LA TRAQUEOSTOMIA?

El tratamiento del cáncer de cabeza y cuello, como ocurre en la mayoría de los tumores, es un tratamiento multidisciplinar, es decir, distintos especialistas (oncólogos médicos, oncólogos radioterapeutas, otorrinolaringólogos, cirujanos maxilofaciales y otros) trabajan juntos para combinar las diferentes terapias existentes y proponer al paciente aquellas que ofrecen las mayores posibilidades de curación. La decisión de cada tratamiento se toma de acuerdo con el paciente una vez completados todos los estudios diagnósticos y de que se conoce la extensión del tumor a nivel local (tumor primario), regional (afectación de ganglios regionales) y a distancia (metástasis a distancia).

Debido a su localización la cirugía en el cáncer de cabeza y cuello es en ocasiones mutilante y compleja: puede producir la pérdida de función de los órganos de fonación (por lo tanto, el paciente perdería la capacidad para hablar); puede producir dificultades en la capacidad de tragar (deglución) y también puede producir serios defectos estéticos.

La cirugía sobre la zona del cuello (vaciamiento ganglionar cervical) permite eliminar las áreas de drenaje linfático (ganglios linfáticos) en las que pudiera existir enfermedad antes de que el ganglio linfático sea palpable por el médico o visible en pruebas de imagen como el TAC. El vaciamiento puede ser radical o funcional. El vaciamiento cervical radical suele emplearse en los casos en que existen metástasis ganglionares constatadas. Se extirpan todos los ganglios regionales, la vena yugular y el músculo esternocleidomastoideo. El vaciamiento funcional, en el que únicamente se extirpan los ganglios, se reserva para los casos en que no existe evidencia de afectación ganglionar en el momento del diagnóstico, o tras una remisión completa clínica ganglionar tras un tratamiento con quimioterapia y/o radioterapia.

En los tumores de laringe a veces puede ser necesaria su extirpación (laringectomía total), con la consiguiente pérdida de sus funciones (entre ellas la fonación). La laringe une la boca con la tráquea, por lo que al eliminarla desaparece la conexión normal entre la boca y los pulmones; por lo tanto, el paciente deberá respirar, estornudar y toser por la abertura que el cirujano crea en la parte delantera del cuello; aunque sigue comiendo y bebiendo por la boca, de manera normal. Esta apertura en el cuello es lo que se denomina traqueotomía.

La rehabilitación vocal debe iniciarse tan pronto como sea posible. Su duración es variable, dependiendo de la situación psíquica del paciente y su facilidad para el aprendizaje del método.

Los cuidados que precisan estos pacientes, una vez superada la fase aguda del postoperatorio son muy importantes para evitar complicaciones. Especialmente hay que prestar atención a los siguientes aspectos:

  1. La humidificación: el aparato aerodigestivo superior en condiciones normales tiene la función de filtrar, calentar y humidificar el aire inspirado. En el paciente traqueostomizado dichas funciones se pierden y por lo tanto se tendrán que realizar artificialmente. Se logra con vaporizadores y nebulizadores. Las secreciones bronquiales tienden a espesarse, aunque si la humidificación es adecuada las secreciones en se mantendrán fluidas y podrán ser eliminadas mediante la tos.
  2. La higiene: Es imprescindible mantener limpio el traqueostomo para evitar irritaciones o infecciones.

 

¿SE PUEDE REALIZAR UNA OPERACIÓN CONSERVADORA?
¿HAY ALTERNATIVAS A LA CIRUGÍA?

En líneas generales, en tumores pequeños, la cirugía y la radioterapia pueden considerarse igual de eficaces, optándose por una u otra en función de diferentes factores, fundamentalmente la localización tumoral y la experiencia del centro donde se trate.

Aunque es posible que se tenga que realizar la extirpación de la laringe (laringectomía), en la actualidad se realizan con más frecuencia cirugías conservadoras para preservar la funcionalidad laríngea. Dependiendo de la situación de cada enfermo, existen diferentes opciones y técnicas de tratamiento quirúrgico:

  • Cordectomía: consiste en la extirpación únicamente de la cuerda vocal afecta.
  • Laringectomía supraglótica: se extirpa solamente una zona (la región supraglótica) de la laringe.

Cuando el tumor está más avanzado otras opciones terapéuticas consisten en aplicar tratamientos con quimioterapia y radioterapia antes de la intervención, con el fin de reducir el tamaño del tumor y evitar cirugías mutilantes y conservar la fonación.

 

¿QUÉ ES LA RADIOTERAPIA? ¿QUÉ EFECTOS SECUNDARIOS TIENE?

La radioterapia es una forma de tratamiento basado en el empleo de radiaciones ionizantes (fundamentalmente radiación gamma, aunque también se usa radiación basada en partículas alfa y beta, o en protones). Este tipo de tratamiento destruye los tumores en la parte del organismo donde se apliquen, siendo por lo tanto un tipo de tratamiento local.

En la radioterapia externa, la más utilizada en cáncer de cabeza y cuello, la fuente de irradiación está a cierta distancia del paciente en un aparato llamado acelerador lineal. En este tipo de tratamiento, que es el más común, los pacientes acuden diariamente de forma ambulatoria por un período de tiempo variable.

Antes de comenzar un tratamiento con radioterapia para el cáncer de cabeza y cuello es conveniente que se realice una revisión odontológica con el fin de prevenir posibles complicaciones provocadas por piezas dentarias en malas condiciones.

Los efectos secundarios de la radioterapia pueden ser agudos o crónicos y están relacionados con la dosis por fracción, ritmo de dosis, el volumen irradiado, los tratamientos concomitantes (como la quimioterapia) y la variabilidad individual. Incluyen problemas en los dientes y encías, los tejidos blandos y húmedos de la boca, las glándulas que producen la saliva y los huesos de la mandíbula.

La complicación aguda más frecuente es la alteración de la mucosa de la boca, faringe o esófago (mucositis) . Dicha complicación causa dolor y puede hacer que sea más difícil comer, hablar y tragar, siendo a veces necesaria la colocación de una sonda de alimentación provisional para mantener la nutrición del paciente. Generalmente tiene aspecto de llagas enrojecidas, úlceras, quemaduras en la boca, que además pueden sobre infectarse con bacterias, hongos o virus.

La sequedad bucal (xerostomía) es una complicación crónica frecuente en los pacientes sometidos a radioterapia por un cáncer de cabeza y cuello. La saliva es necesaria para el gusto, la deglución y el habla. Ayuda a evitar las infecciones y las caries al neutralizar el ácido y limpiar los dientes y las encías. La xerostomía aparece cuando las glándulas salivales quedan incluidas en el área tratada, pierden su función y se produce una cantidad residual muy baja de saliva, que además es densa y filamentosa. Esto produce un aumento de la sensación de sed, cambios o pérdida del sentido del gusto, dificultades en la deglución y el habla, sensación de dolor o ardor, cortes o grietas en los labios y dificultad para usar prótesis dentales. Las glándulas salivales pueden recuperar parcialmente su función con el tiempo, aunque cierto grado de afectación puede ser permanente.

Todas estas complicaciones y efectos secundarios pueden ser minimizados si durante el tratamiento con radioterapia se siguen a diario las siguientes recomendaciones:

  • Examen diario la boca para ver si hay heridas o si han ocurrido otros
  • Eliminar por completo el hábito tabáquico y el consumo de
  • Mantener la boca húmeda: beber mucha agua, chupar cubitos de hielo, usar goma de mascar o dulces sin azúcar o utilizar un substituto salival para ayudar a mantener la boca húmeda.
  • Mantener limpia la boca, la lengua y las encías: cepíllese los dientes, las encías y la lengua con un cepillo extremadamente blando después de cada comida y a la hora de acostarse. Si le duele, ablande las cerdas del cepillo con agua tibia. Use una pasta de dientes con flúor. No use colutorios bucales que contengan alcohol. Las prótesis dentales no deben ser utilizadas si producen dolor o no están perfectamente ajustadas.
  • Cuidar la piel del área tratada ya que ésta puede volverse más sensible. Consulte a su médico antes de usar cualquier jabón, crema, desodorante, medicina, perfume, cosmético u otra sustancia en el área tratada. Evite usar ropa ajustada. Use mejor ropa amplia de algodón. No se frote la zona de la piel tratada y no utilice adhesivo sobre ella en caso de necesitar un vendaje. No aplique calor ni frío extremo sobre la zona. Intente no afeitar o depilar la zona durante el tratamiento. Proteja del sol el área tratada y utilice siempre crema de protección solar con un factor de protección elevado durante y después (al menos durante 12-24 meses) de la radioterapia.

 

TAMBIÉN ME VAN A DAR QUIMIOTERAPIA. ¿POR QUÉ? ¿QUÉ EFECTOS SECUNDARIOSTENDRÉ?

El tratamiento sistémico consiste en el uso de fármacos para destruir las células cancerosas. Existen multitud de medicamentos diferentes para combatir la enfermedad y pueden emplearse solos o bien combinados. Los fármacos más frecuentemente usados son los que se engloban en el grupo denominado quimioterapia. La quimioterapia es un gran grupo de fármacos que actúan sobre células que se dividen rápidamente (aprovechando el concepto de que las células tumorales se dividen mucho más rápido que las células normales). Los agentes quimioterapéuticos suelen administrarse por vía oral o intravenosa, siendo esta última la forma más frecuente de administración. La quimioterapia se administra en intervalos o ciclos, separados por varios días o semanas (dependiendo del tipo de fármacos administrados en concreto.

El empleo de la quimioterapia de forma simultanea con la radioterapia (quimio-radioterapia concomitante) aumenta la eficacia del tratamiento, aunque a coste de una mayor frecuencia de efectos secundarios.

Debido a su mecanismo de acción, los fármacos quimioterapéuticos no “distinguen” células normales de tumorales (simplemente atacan las células en división rápida), y por lo tanto sus efectos secundarios suelen ser pronunciados. La mayor parte de los pacientes suele sentir cansancio. Pueden aparecer también náuseas y vómitos, aunque los nuevos fármacos antieméticos suelen controlarlos bien. También puede aparecer diarrea.  La alopecia o pérdida de cabello no es frecuente con los fármacos usados en tumores de cabeza y cuello, pero sí se utiliza ocasionalmente alguno que la produce. Puede aparecer también anemia e infecciones provocadas por la disminución de cierto tipo de glóbulos blancos (una de las defensas de nuestro organismo).

En los últimos años se han desarrollado nuevos fármacos sistémicos con un mecanismo de acción distinto a la quimioterapia, más específicos contra las células tumorales, dado que tratan de bloquear vías metabólicas que usan las células tumorales para crecer, y que suelen ser poco utilizadas por células normales. Entre ellos, en el tratamiento de los cánceres de cabeza y cuello, destacan los llamados inhibidores del factor de crecimiento epidérmico.  Sus efectos secundarios difieren mucho de la quimioterapia, y, como son más “dirigidos”, generalmente son mucho mejor tolerados, Sin embargo, no están libres de presentar efectos secundarios: alteraciones cutáneas parecidas al acné, reacciones alérgicas…

Los fármacos sistémicos más novedosos son aquellos incluidos en lo que se denomina inmunoterapia. A diferencia de la quimioterapia y de los fármacos dirigidos, los fármacos inmunoterápicos no buscan matar directamente la célula tumoral, sino que buscan bloquear los mecanismos que usa el tumor para “esconderse” del sistema inmune (es necesario recordar que el sistema inmune destruye habitualmente las células anormales evitando que se formen tumores; para crecer éstos deben aprender a ocultarse del sistema inmune). Si se bloquea el mecanismo que usa el tumor para evitar el sistema inmune, éste reconoce el tumor como algo anómalo y lo destruye. Sin embargo, en estos momentos, la inmunoterapia no es el tratamiento perfecto porque los tumores usan muchos mecanismos de ocultación (algunos todavía desconocidos), de momento no existen fármacos para bloquearlos todos y además los tumores ocasionalmente desarrollan nuevas estrategias para escapar cuando “son descubiertos”. Sin embargo, en los casos que la inmunoterapia funciona, puede llegar a ser muy eficaz. Como además también es un tratamiento más “dirigido” que la quimioterapia, sus efectos secundarios generalmente son muy escasos. Aunque es importante reseñar que en raras ocasiones pueden aparecer efectos secundarios graves debidos a estimulación excesiva del sistema inmune. Su médico le informará acerca de ellos y las medidas necesarias para su tratamiento.